Por allí pululaban también nuestros mayores enemigos en esta estación de hojas caídas, ¡los barrenderos!. Sin embargo esta vez no tenemos queja, respetaron casi todas las localizaciones que usamos, dejando ese manto dorado que tanto nos gusta a los fotógrafos. Lo que no perdonó fue la lluvia justo el día de antes, que lo dejó todo mojado y tanto Eva como David volvieron a Jaén empapados, qué pensaría su familia de nosotros!
Y si os parecen pocas, ahí van más en la generosa aportación de la simpar Luna Vandoorne!













Los verdaderos reyes del Carmen de los Mártires, tomando el sol y haciendo presencia en un parque en el que apenas había gente. Estuvimos muy agusto.



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