Familia Russo

Tuve ocasión de colarme en una clase especial que Fran Russo impartió entre sus colaboradores habituales usando como conejillos de indias a algunos miembros de su familia. Como siempre, la timidez reinaba al principio, sobre todo en esta ocasión, que había 5 cámaras apuntando, pero poco a poco la distensión se fue haciendo hueco y pasamos de las sonrisas nerviosas a las de sentirse agusto. .

En todo el tiempo que llevo retratando siempre se ha repetido la misma transformación, de los nervios iniciales se pasa a la complicidad con el fotógrafo y a disfrutar el momento. Siempre hay final feliz.





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